LOS HURONES (Mustela
putorius furo)
DATOS VITALES
· Longevidad:
5-8 años
· Peso (macho/hembra):
Macho:
0,8-2,7 kg
Hembra:
0,6-1,2 kg.
· Peso al
nacer: 6-12 g
· Temperatura
rectal: 37,8-40o C
· Fórmula
dental: I33 C11
PM34 M21
· R.p.m:
200-300
· L.p.m: 33-36
· Pubertad: 4-8
meses (en la primavera siguiente al nacimiento)
· Ovulación
inducida.
· Ciclo
estral: poliéstrico, celos prolongados hasta la cópula.
· Gestación: 40-44
días.
· Tamaño de la
camada: 1-18 (8)
· Destete: 6-8
semanas
· Crías altriciales
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SEXADO, DIFERENCIAR MACHOS Y HEMBRAS
Sencillo, los machos presentan el
pene en la zona abdominal caudal con hueso peneano fácilmente palpable y las
hembras vulva en la zona perineal, que puede ser tan reducida como un pequeño
orificio en anestro o en hembras castradas o muy evidente con edema durante el
estro o animales con hiperadrenocorticismo.
ALOJAMIENTO, LA JAULA IDEAL
Individualmente, en parejas
independientemente del sexo o en pequeños grupos.
Los hurones se vienen empleando
tradicionalmente en España como animal de caza, alojándose en el exterior.
Estos hurones tendrán un carácter más
nervioso y frecuentemente suelen morder durante un tiempo más prolongado que
los hurones mascota; no obstante cuando se adquiere un hurón durante las dos primeras
semanas los mordiscos son frecuentes y tendremos que pasar bastante tiempo
enseñándole a no morder o a ejercer poca presión con la boca.
En nuestro mercado podemos
encontrar dos tipos de hurones, los nacionales que derivan de hurones
cazadores; de un tamaño más pequeño, más nerviosos y posiblemente con menos
problemas de salud, y los hurones americanos o Marshall, mucho más grandes, de
mejor carácter como mascota pero con más problemas de salud, posiblemente por
descender de animales de laboratorio con una alta consanguinidad y muy
homogéneos desde el punto de vista genético.
En jaulas de reja con una medida
mínima que no permita al animal escapar, hecho muy frecuente en cachorros.
Siempre aseguraremos la seguridad de la jaula mirando que el animal no pueda
introducir la cabeza entre los barrotes. Muchos hurones aprenden a abrir las
puertas de sus jaulas, por ello nos plantearemos la posibilidad de candados u
otros métodos para evitar fugas.
Las jaulas recomendadas tendrán
unas medidas mínimas de 55 x 50 x 40 cm por cada animal; se recomiendan jaulas
de distintas alturas con bandas y evitando las caídas libres desde la parte
superior de la jaula, es decir, las bandas o tablas deberán superponerse entre
sí a distintas alturas. La mayoría de los hurones harán sus necesidades en una
esquina de la jaula, una vez elegida podemos ponerles un esquinero en la misa.
Como material de substrato podemos usar papel de periódico prensado en el
esquinero y el resto de la bandeja nos podemos plantear dejarla sin substrato o
ponerles el mismo del esquinero. Frecuentemente se usan toallas o antiguas camisetas
de los popietarios tanto como material para su cama como para substrato, no
obstante deberemos vigilar que no se deshilachen (pueden producir necrosis
isquámicas) y que la mascota no las muerda e ingiera.
Debemos proveerles con un
comedero bajo, y uno o varios bebederos de biberón. Los hurones sin muy
aficcionados a dormir en hamacas.
Como enriquecimiento ambiental
les ofreceremos túneles, pelotas con o sin cascabel en el interior y juguetes
seguros de gato, evitando los juguetes que puedan destrozar en pequeños trozos
que puedan ingerir. No obstante los hurones deberán salir y ejercitarse durante
unas horas al día.
Las temperaturas ideales para los
hurones rondan entre los 15 y los 25o C y una humedad relativa entre
45 y 55%. El fotoperiodo juega un importante papel en la salud de estas
mascotas y deberá estar entre las 10 y las 12/14 horas de luz total al día,
teniendo en cuenta tanto la luz natural como la artificial.
PROBLEMAS DERIVADOS DEL
ALOJAMIENTO
Muchos y muy variados, la
naturaleza exploratoria propia de la especie junto con sus características
anatómicas y su miopía (no ven bien a partir de 30 cm) hacen que frecuentemente
se introduzcan por agujeros imposibles, como canalones, con caídas frecuentes.
A menudo se introducen por debajo de sofás o colchones pasando desapercibidos y
produciéndose lesiones medulares por aplastamiento.
Siempre hemos de vigilar que no
haya pequeños objetos tanto en la jaula como en la habitación de recreo ya que
son muy propensos a la ingestión de pequeñas cosas que les producen
obstrucciones por cuerpos extraños, ésta es una de las cirugías más frecuentes
en esta especie. Especialmente les atraen los objetos de plástico blando y huesecillos
de aceituna o cereza, tapones de los oídos… aunque pueden ingerir objetos de
pequeño tamaño de cualquier tipo. Ante un cuadro de vómitos y diarreas en
hurón, en el diferencial una de las primeras patologías a tener en cuenta será
ésta.
Otra patología que podemos
achacar en parte a un mal manejo son las bolas de pelo o tricobezoares (imagen
47), tradicionalmente se han achacado a una falta de cepillado por parte del
propietario aunque la sedentariedad también juega un papel importante. Se
recomiendan productos como la malta para gatos o comprimidos de papaya para
deshacerlas, aunque no se ha probado su efectividad hasta ahora y la malta
puede influir en la aparición de patologías que discutiremos en la siguiente
sección.
Tradicionalmente se ha castrado a
los hurones de forma muy temprana, al mismo tiempo que se realiza la
saculectomía. Con esto se pretende disminuír el olor del hurón (con un alto
componente hormonal) y evitar el hiperestrogenismo en las hembras, ya que
aunque pueden superar el primer celo sin monta, en los posteriores se producirá
una intoxicación por estrógenos ante la falta de cópula y por tanto de
ovulación, se produce anemia aplásica medular. Estas castraciones tempranas
juegan un rol muy importante en la aparición del hiperadrenocorticismo8
(imagen 48) a partir de los 3 años de edad, aunque dicha patología tiene un
componente multifactorial. Actualmente la tendencia para disminuír la incidencia
del hiperadrenocorticismo es la castración química con implantes de acetato de
deslorelina para castración química de perros (Suprelorin® 4,7 mg,
lab Virbac) con una efectividad de 6 meses a 2 años y una media de acción de 1
año, hasta alcanzar los 3 años de edad, momento en el que se realizaría la
cirugía.
Aparte de la castración temprana,
el fotoperíodo también juega un importante papel en el desarrollo de la
enfermedad. Muchas veces, sobre todo en verano nos juntamos con fotoperíodos
naturales de 16 horas (junio), si cuando llega la noche el propietario saca al
hurón y enciende la luz no es raro encontrarnos con hurones con fotoperídos
totales de 20 horas. Esto es un estímulo hormonal muy importante. Debemos
controlar las horas de luz de los hurones e informar de ello a los
propietarios.
El
hiperadrenocorticismo afecta sobre todo a individuos castrados, determinando el
momento de la castración la época de aparición de la patología, individuos
esterilizados a edades tempranas (habitualmente a las seis semanas en muchas
granjas criadoras, para estandarizar animales de laboratorio) tienen mayor probabilidad
de enfermar antes que otros esterilizados más tarde.
La
incidencia también es mayor en animales que viven dentro de casa en contraposición
a otros animales que se mantienen en jaulas en el exterior, y aquellos que
siguen una dieta basada en piensos comerciales que los alimentados con carne
fresca; esto se ha visto claramente en hurones norteamericanos donde se
mantienen en el interior de los hogares alimentados con piensos comerciales, en
contraposición a hurones australianos y neozelandeses, donde tradicionalmente
se mantienen en el exterior y a base de carne.
Aunque se
desconocen las causas que determinan estos factores de riesgo, se cree que la
incidencia es mayor en animales castrados a edades tempranas por los efectos de
la esterilización sobre el sistema endocrino inmaduro, que podría aumentar las
probabilidades de sufrir neoplasias, si bien este es un punto muy discutido.
Los hurones, con una expectativa media de vida de entre 6 y 10 años, a la
castración temprana parece que comienzan a tener problemas neoplásicos antes, y
se consideran individuos geriátricos a los tres años.
Se cree que hurones mantenidos en
interior son más sensibles a contraer esta patología por ser mantenidos con
fotoperiodos largos, que aumentan el riesgo de padecer neoplasias adrenales en
aquellos individuos castrados, mientras que en hurones de cría mantenidos en
condiciones de luz de larga duración (17 horas diarias para manipular el ciclo
sexual) este hecho no se constata.
La prevalencia de diarreas por
infección por coronavirus entérico es muy alta, este virus puede pasar
desapercibido en animales jóvenes pero a medida que aumenta la edad del animal
su gravedad es mayor; por ello, siempre que introduzcamos a un hurón nuevo en
casa, debemos hacer cuarentena.
DIETA, LA MEJOR COMIDA PARA HURONES
También es fuente de muchos
problemas en esta especie. Partiendo de la base que son carnívoros estricto y
que en la naturaleza la única fibra que ingieren es la que está en el interior
de sus presas, se definen unos requisitos alimenticios de un 40% de proteína,
entre un 18-20% de grasa bruta y una cantidad de fibra dietaria menor o igual
al un 2,5%. También nos aseguraremos de que como mínimo los 3 primeros
componentes del pienso sean de origen animal; es decir, no será recomendable un
pienso con un 42% de proteína si en la composición los primeros productos (y
por tanto las proteína) son de origen vegetal.
En el mercado hay una gran
variedad de pienso para hurón aunque curiosamente uno de los pocos que cumplen
todos los requisitos sea de gato (Orijen ®). Nunca ofreceremos
frutas u otros vegetales a los hurones, así como golosinas o alimentos ricos en
azúcares.
Por su longitud intestinal
relativamente escasa, los hurones presentan un tránsito gastrointestinal muy
rápido, en torno a las 3 horas. Esto junto con alta tasa metabólica hace que sea
recomendable que tengan el pienso ad libitum. Los hurones no suelen padecer
especialmente de obesidad a no ser que el pienso que consumen sea de un alto
contenido energético.
PROBLEMAS DERIVADOS DE UNA MALA
DIETA
Los hurones son una especie muy
propensa a las neoplasias. Entre las principales se encuentran los
adenocarcinomas de glándula adrenal como consecuencia de hiperadrenocorticismo,
los linfomas y los insulinomas (imagen 49).
Todos ellos tienen una etiología
multifactorial donde seguramente la homogeneidad genética de los hurones
americanos tenga un importante papel; no obstante en todos ellos hay algún
componente alimenticio del que podemos sospechar.
En relación al factor dietético en
animales aquejados de hiperadrenocorticismo, hay que destacar que estos
animales son carnívoros estrictos y su dieta ha de reflejar este hecho.
Tradicionalmente, la dieta de los “hurones mascota” deriva de las usadas en
hurones de laboratorio o granjas de visones, se sospecha que dichas dietas
podrían ser carcinogénicas en períodos largos de tiempo. En Australia, donde
los hurones son usados como animales de trabajo para la caza del conejo, se les
mantiene tradicionalmente con dietas basadas en carne fresca, de conejo o
canguro, raramente aparecen cánceres, y cuando aparecen, es en animales mayores
de 7 años. Finalmente, los requerimientos de carbohidratos son bajos, ya que
obtienen la mayoría de la energía de los triglicéridos, así que niveles altos
de azúcares por los suplementos dados por los dueños o el propio pienso podrían
contribuir al daño pancreático y el insulinoma por estimulación crónica de la
liberación de insulina, que a veces aparece simultáneamente con el
hiperadrenocorticismo.
Parece ser que las dietas con un
contenido de más de un 2,5% de fibra tienen efectos carcinogénicos sobre las
adrenales9 y posiblemente sobre los linfomas intestinales o
abdominales. Una estimulación antigénica crónica de los linfonodos mesentéricos
por dietas inapropiadas con abundante fibra y proteínas de origen vegetal
provoca una hiperplasia de los ganglios que puede ser un factor de riego muy
importante para la aparición de estas
neoplasias. Recientemente en medicina humana se ha relacionado la presencia de Helicobacter pilori con la aparición de
linfomas. Todo apunta a que la presencia de Helicobacter
mustelae en nuestros hurones puede tener la misma correlación. Estos dos
hechos pueden explicarnos la elevadísima prevalencia de los linfomas en los
hurones.
Estos mismo hechos pueden jugar
un papel importante en las diarreas y la enfermedad inflamatoria intestinal,
también frecuentes en esta especie, junto con las alergias o intolerancias
alimentarias. De todas formas las diarreas en hurones pueden estar provocadas,
como es habitual por cambios bruscos de dieta o incluso por situaciones
estresantes como la visita al veterinario o un nuevo compañero.
La malta de la que ya hemos
hablado y cuyo uso está muy extendido entre los propietarios de hurones no es
recomendable por tener un alto contenido en azúcar y fibra, a mayores su efectividad
se cuestiona y se piensa que en muchas ocasiones más que arrastrar los pelos
hacia los tramos posteriores del intestino lo que hace es compactar el
tricobezoar más.
MANEJO EN CONSULTA
Los cachorros de hurón durante
las primeras consultas son muy propensos a morder, hasta que la educación y
socialización humana por parte de los dueños no comienza a dar sus frutos. No
es frecuente que un hurón mascota muerda, al contrario de los hurones
cazadores, que necesitan el instinto y cierto carácter para desarrollar bien su
actividad.
Como ya se ha comentado, los
hurones son muy curiosos y miopes, con lo cual debemos tenerlos todo el rato
controlados en la mesa de exploración para evitar caídas, o si la consulta es a
prueba de fugas, dejarlos deambular por la misma mientras observamos sus movimientos
y actitud.
Presentan el corazón en el último
tercio del tórax, hecho que tendremos que tener en cuenta para su auscultación
cardíaca. Para una buena auscultación pulmonar podemos sujetar al hurón por las
axilas (imagen 50) mientras le ofrecemos cosas para oler y llamar su atención.
Otro método de sujeción que además induce el
reflejo de bostezo y nos permite explorar la cavidad oral es sujetarlos por el
pliegue del cuello (imagen 51), que también nos puede servir para administrar
vacunas y medicación subcutánea. Para esto también podemos ofrecerle al hurón
un poco de malta, ácidos grasos ferretone® o similar o cualquier cosa que le guste
al paciente y que lo tenga distraído unos segundos, la mayoría de los hurones
se dejarán administrar vacunas o medicación subcutánea sin mayor problema y sin
sujetarlos. Para las dos técnicas descritas, si el animal es pesado (mayor de
1,7 kg) es recomendable apoyar parte del peso en las extremidades posteriores
sobre la otra mano o mesa de exploración.
TECNICAS DE EXTRACCIÓN E
INSTAURACION DE VIAS.
Para la obtención de muestras de
sangre, el método más comúnmente usado en esta especie es la extracción de la
vena cava craneal. Por la situación caudal del corazón en esta especie esta
técnica es muy segura y con un poco de entrenamiento de fácil realización. Con
el hurón sedado lo situamos en decúbito supino, extendemos los dos miembros
anteriores de forma paralela hacia caudal y localizamos la zona situada entre
el manubrio del esternón y la primera costilla, insertamos la aguja (de 24 o
25G dependiendo del tamaño del paciente) con una angulación de 45o apuntando
hacia la última costilla contralateral (imagen 52), con una ligera presión
negativa en el émbolo. De esta forma podemos conseguir grandes volúmenes de
sangre. Con vistas a no alterar las referencias anatómica y la localización del
vaso, hemos de situar al paciente de forma longitudinal lo más recto posible. Para
pequeños volúmenes podemos optar por la vena cefálica o la safena lateral,
también en la vena ventral de la cola con un ángulo de 90o hasta
tocar la parte ventral de las vértebras caudales, aunque la extracción en esta
última localización no está tan extendida como las tres anteriores.
Para la instauración de catéteres
optaremos por la cefálica o la safena lateral. En animales muy deshidratados o
hipotensos optaremos por vías intraóseas en el húmero o fémur proximal hasta la
estabilización del paciente o rehidratación hasta poder instaurar la vía
intravenosa. Hay que destacar que los hurones son muy propensos a arrancarse
las vías y morder los sistemas de suero. Hemos de fijar muy bien los catéteres
muchas veces a costa de provocar un edema distal y en caso de que el hurón
muerda los sistemas de infusión, proteger éstos con los “macarrones” vendidos
en tiendas de informática y electrónica para la protección de los cables, o
administrarle la rehidratación en forma de bolos.
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