sábado, 1 de febrero de 2014

      LOS HURONES (Mustela putorius furo)



DATOS VITALES
·      Longevidad: 5-8 años
·      Peso (macho/hembra):
Macho: 0,8-2,7 kg
Hembra: 0,6-1,2 kg.
·      Peso al nacer: 6-12 g
·      Temperatura rectal: 37,8-40o C
·      Fórmula dental:  I33 C11 PM34 M21 
·      R.p.m: 200-300
·      L.p.m: 33-36
·      Pubertad: 4-8 meses (en la primavera siguiente al nacimiento)
·      Ovulación inducida.
·      Ciclo estral: poliéstrico, celos prolongados hasta la cópula.
·      Gestación: 40-44 días.
·      Tamaño de la camada:  1-18 (8)
·      Destete: 6-8 semanas
·      Crías altriciales
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SEXADO, DIFERENCIAR MACHOS Y HEMBRAS

Sencillo, los machos presentan el pene en la zona abdominal caudal con hueso peneano fácilmente palpable y las hembras vulva en la zona perineal, que puede ser tan reducida como un pequeño orificio en anestro o en hembras castradas o muy evidente con edema durante el estro o animales con hiperadrenocorticismo. 

ALOJAMIENTO, LA JAULA IDEAL
Individualmente, en parejas independientemente del sexo o en pequeños grupos.
Los hurones se vienen empleando tradicionalmente en España como animal de caza, alojándose en el exterior. Estos hurones  tendrán un carácter más nervioso y frecuentemente suelen morder durante un tiempo más prolongado que los hurones mascota; no obstante cuando se adquiere un hurón durante las dos primeras semanas los mordiscos son frecuentes y tendremos que pasar bastante tiempo enseñándole a no morder o a ejercer poca presión con la boca.
En nuestro mercado podemos encontrar dos tipos de hurones, los nacionales que derivan de hurones cazadores; de un tamaño más pequeño, más nerviosos y posiblemente con menos problemas de salud, y los hurones americanos o Marshall, mucho más grandes, de mejor carácter como mascota pero con más problemas de salud, posiblemente por descender de animales de laboratorio con una alta consanguinidad y muy homogéneos desde el punto de vista genético.
En jaulas de reja con una medida mínima que no permita al animal escapar, hecho muy frecuente en cachorros. Siempre aseguraremos la seguridad de la jaula mirando que el animal no pueda introducir la cabeza entre los barrotes. Muchos hurones aprenden a abrir las puertas de sus jaulas, por ello nos plantearemos la posibilidad de candados u otros métodos para evitar fugas.
Las jaulas recomendadas tendrán unas medidas mínimas de 55 x 50 x 40 cm por cada animal; se recomiendan jaulas de distintas alturas con bandas y evitando las caídas libres desde la parte superior de la jaula, es decir, las bandas o tablas deberán superponerse entre sí a distintas alturas. La mayoría de los hurones harán sus necesidades en una esquina de la jaula, una vez elegida podemos ponerles un esquinero en la misa. Como material de substrato podemos usar papel de periódico prensado en el esquinero y el resto de la bandeja nos podemos plantear dejarla sin substrato o ponerles el mismo del esquinero. Frecuentemente se usan toallas o antiguas camisetas de los popietarios tanto como material para su cama como para substrato, no obstante deberemos vigilar que no se deshilachen (pueden producir necrosis isquámicas) y que la mascota no las muerda e ingiera.
Debemos proveerles con un comedero bajo, y uno o varios bebederos de biberón. Los hurones sin muy aficcionados a dormir en hamacas.
Como enriquecimiento ambiental les ofreceremos túneles, pelotas con o sin cascabel en el interior y juguetes seguros de gato, evitando los juguetes que puedan destrozar en pequeños trozos que puedan ingerir. No obstante los hurones deberán salir y ejercitarse durante unas horas al día.
Las temperaturas ideales para los hurones rondan entre los 15 y los 25o C y una humedad relativa entre 45 y 55%. El fotoperiodo juega un importante papel en la salud de estas mascotas y deberá estar entre las 10 y las 12/14 horas de luz total al día, teniendo en cuenta tanto la luz natural como la artificial.

PROBLEMAS DERIVADOS DEL ALOJAMIENTO
Muchos y muy variados, la naturaleza exploratoria propia de la especie junto con sus características anatómicas y su miopía (no ven bien a partir de 30 cm) hacen que frecuentemente se introduzcan por agujeros imposibles, como canalones, con caídas frecuentes. A menudo se introducen por debajo de sofás o colchones pasando desapercibidos y produciéndose lesiones medulares por aplastamiento.
Siempre hemos de vigilar que no haya pequeños objetos tanto en la jaula como en la habitación de recreo ya que son muy propensos a la ingestión de pequeñas cosas que les producen obstrucciones por cuerpos extraños, ésta es una de las cirugías más frecuentes en esta especie. Especialmente les atraen los objetos de plástico blando y huesecillos de aceituna o cereza, tapones de los oídos… aunque pueden ingerir objetos de pequeño tamaño de cualquier tipo. Ante un cuadro de vómitos y diarreas en hurón, en el diferencial una de las primeras patologías a tener en cuenta será ésta.
Otra patología que podemos achacar en parte a un mal manejo son las bolas de pelo o tricobezoares (imagen 47), tradicionalmente se han achacado a una falta de cepillado por parte del propietario aunque la sedentariedad también juega un papel importante. Se recomiendan productos como la malta para gatos o comprimidos de papaya para deshacerlas, aunque no se ha probado su efectividad hasta ahora y la malta puede influir en la aparición de patologías que discutiremos en la siguiente sección.
Tradicionalmente se ha castrado a los hurones de forma muy temprana, al mismo tiempo que se realiza la saculectomía. Con esto se pretende disminuír el olor del hurón (con un alto componente hormonal) y evitar el hiperestrogenismo en las hembras, ya que aunque pueden superar el primer celo sin monta, en los posteriores se producirá una intoxicación por estrógenos ante la falta de cópula y por tanto de ovulación, se produce anemia aplásica medular. Estas castraciones tempranas juegan un rol muy importante en la aparición del hiperadrenocorticismo8 (imagen 48) a partir de los 3 años de edad, aunque dicha patología tiene un componente multifactorial. Actualmente la tendencia para disminuír la incidencia del hiperadrenocorticismo es la castración química con implantes de acetato de deslorelina para castración química de perros (Suprelorin® 4,7 mg, lab Virbac) con una efectividad de 6 meses a 2 años y una media de acción de 1 año, hasta alcanzar los 3 años de edad, momento en el que se realizaría la cirugía.


Aparte de la castración temprana, el fotoperíodo también juega un importante papel en el desarrollo de la enfermedad. Muchas veces, sobre todo en verano nos juntamos con fotoperíodos naturales de 16 horas (junio), si cuando llega la noche el propietario saca al hurón y enciende la luz no es raro encontrarnos con hurones con fotoperídos totales de 20 horas. Esto es un estímulo hormonal muy importante. Debemos controlar las horas de luz de los hurones e informar de ello a los propietarios.
El hiperadrenocorticismo afecta sobre todo a individuos castrados, determinando el momento de la castración la época de aparición de la patología, individuos esterilizados a edades tempranas (habitualmente a las seis semanas en muchas granjas criadoras, para estandarizar animales de laboratorio) tienen mayor probabilidad de enfermar antes que otros esterilizados más tarde.
La incidencia también es mayor en animales que viven dentro de casa en contraposición a otros animales que se mantienen en jaulas en el exterior, y aquellos que siguen una dieta basada en piensos comerciales que los alimentados con carne fresca; esto se ha visto claramente en hurones norteamericanos donde se mantienen en el interior de los hogares alimentados con piensos comerciales, en contraposición a hurones australianos y neozelandeses, donde tradicionalmente se mantienen en el exterior y a base de carne.
Aunque se desconocen las causas que determinan estos factores de riesgo, se cree que la incidencia es mayor en animales castrados a edades tempranas por los efectos de la esterilización sobre el sistema endocrino inmaduro, que podría aumentar las probabilidades de sufrir neoplasias, si bien este es un punto muy discutido. Los hurones, con una expectativa media de vida de entre 6 y 10 años, a la castración temprana parece que comienzan a tener problemas neoplásicos antes, y se consideran individuos geriátricos a los tres años.
Se cree que hurones mantenidos en interior son más sensibles a contraer esta patología por ser mantenidos con fotoperiodos largos, que aumentan el riesgo de padecer neoplasias adrenales en aquellos individuos castrados, mientras que en hurones de cría mantenidos en condiciones de luz de larga duración (17 horas diarias para manipular el ciclo sexual) este hecho no se constata.
La prevalencia de diarreas por infección por coronavirus entérico es muy alta, este virus puede pasar desapercibido en animales jóvenes pero a medida que aumenta la edad del animal su gravedad es mayor; por ello, siempre que introduzcamos a un hurón nuevo en casa, debemos hacer cuarentena.


DIETA, LA MEJOR COMIDA PARA HURONES
También es fuente de muchos problemas en esta especie. Partiendo de la base que son carnívoros estricto y que en la naturaleza la única fibra que ingieren es la que está en el interior de sus presas, se definen unos requisitos alimenticios de un 40% de proteína, entre un 18-20% de grasa bruta y una cantidad de fibra dietaria menor o igual al un 2,5%. También nos aseguraremos de que como mínimo los 3 primeros componentes del pienso sean de origen animal; es decir, no será recomendable un pienso con un 42% de proteína si en la composición los primeros productos (y por tanto las proteína) son de origen vegetal.
En el mercado hay una gran variedad de pienso para hurón aunque curiosamente uno de los pocos que cumplen todos los requisitos sea de gato (Orijen ®). Nunca ofreceremos frutas u otros vegetales a los hurones, así como golosinas o alimentos ricos en azúcares.
Por su longitud intestinal relativamente escasa, los hurones presentan un tránsito gastrointestinal muy rápido, en torno a las 3 horas. Esto junto con alta tasa metabólica hace que sea recomendable que tengan el pienso ad libitum. Los hurones no suelen padecer especialmente de obesidad a no ser que el pienso que consumen sea de un alto contenido energético.

PROBLEMAS DERIVADOS DE UNA MALA DIETA
Los hurones son una especie muy propensa a las neoplasias. Entre las principales se encuentran los adenocarcinomas de glándula adrenal como consecuencia de hiperadrenocorticismo, los linfomas y los insulinomas (imagen 49).
Todos ellos tienen una etiología multifactorial donde seguramente la homogeneidad genética de los hurones americanos tenga un importante papel; no obstante en todos ellos hay algún componente alimenticio del que podemos sospechar.
En relación al factor dietético en animales aquejados de hiperadrenocorticismo, hay que destacar que estos animales son carnívoros estrictos y su dieta ha de reflejar este hecho. Tradicionalmente, la dieta de los “hurones mascota” deriva de las usadas en hurones de laboratorio o granjas de visones, se sospecha que dichas dietas podrían ser carcinogénicas en períodos largos de tiempo. En Australia, donde los hurones son usados como animales de trabajo para la caza del conejo, se les mantiene tradicionalmente con dietas basadas en carne fresca, de conejo o canguro, raramente aparecen cánceres, y cuando aparecen, es en animales mayores de 7 años. Finalmente, los requerimientos de carbohidratos son bajos, ya que obtienen la mayoría de la energía de los triglicéridos, así que niveles altos de azúcares por los suplementos dados por los dueños o el propio pienso podrían contribuir al daño pancreático y el insulinoma por estimulación crónica de la liberación de insulina, que a veces aparece simultáneamente con el hiperadrenocorticismo.
Parece ser que las dietas con un contenido de más de un 2,5% de fibra tienen efectos carcinogénicos sobre las adrenales9 y posiblemente sobre los linfomas intestinales o abdominales. Una estimulación antigénica crónica de los linfonodos mesentéricos por dietas inapropiadas con abundante fibra y proteínas de origen vegetal provoca una hiperplasia de los ganglios que puede ser un factor de riego muy importante para la aparición de  estas neoplasias. Recientemente en medicina humana se ha relacionado la presencia de Helicobacter pilori con la aparición de linfomas. Todo apunta a que la presencia de Helicobacter mustelae en nuestros hurones puede tener la misma correlación. Estos dos hechos pueden explicarnos la elevadísima prevalencia de los linfomas en los hurones.
Estos mismo hechos pueden jugar un papel importante en las diarreas y la enfermedad inflamatoria intestinal, también frecuentes en esta especie, junto con las alergias o intolerancias alimentarias. De todas formas las diarreas en hurones pueden estar provocadas, como es habitual por cambios bruscos de dieta o incluso por situaciones estresantes como la visita al veterinario o un nuevo compañero.
La malta de la que ya hemos hablado y cuyo uso está muy extendido entre los propietarios de hurones no es recomendable por tener un alto contenido en azúcar y fibra, a mayores su efectividad se cuestiona y se piensa que en muchas ocasiones más que arrastrar los pelos hacia los tramos posteriores del intestino lo que hace es compactar el tricobezoar más.



MANEJO EN CONSULTA
Los cachorros de hurón durante las primeras consultas son muy propensos a morder, hasta que la educación y socialización humana por parte de los dueños no comienza a dar sus frutos. No es frecuente que un hurón mascota muerda, al contrario de los hurones cazadores, que necesitan el instinto y cierto carácter para desarrollar bien su actividad.
Como ya se ha comentado, los hurones son muy curiosos y miopes, con lo cual debemos tenerlos todo el rato controlados en la mesa de exploración para evitar caídas, o si la consulta es a prueba de fugas, dejarlos deambular por la misma mientras observamos sus movimientos y actitud.
Presentan el corazón en el último tercio del tórax, hecho que tendremos que tener en cuenta para su auscultación cardíaca. Para una buena auscultación pulmonar podemos sujetar al hurón por las axilas (imagen 50) mientras le ofrecemos cosas para oler y llamar su atención.
Otro  método de sujeción que además induce el reflejo de bostezo y nos permite explorar la cavidad oral es sujetarlos por el pliegue del cuello (imagen 51), que también nos puede servir para administrar vacunas y medicación subcutánea. Para esto también podemos ofrecerle al hurón un poco de malta, ácidos grasos ferretone®  o similar o cualquier cosa que le guste al paciente y que lo tenga distraído unos segundos, la mayoría de los hurones se dejarán administrar vacunas o medicación subcutánea sin mayor problema y sin sujetarlos. Para las dos técnicas descritas, si el animal es pesado (mayor de 1,7 kg) es recomendable apoyar parte del peso en las extremidades posteriores sobre la otra mano o mesa de exploración.

TECNICAS DE EXTRACCIÓN E INSTAURACION DE VIAS.
Para la obtención de muestras de sangre, el método más comúnmente usado en esta especie es la extracción de la vena cava craneal. Por la situación caudal del corazón en esta especie esta técnica es muy segura y con un poco de entrenamiento de fácil realización. Con el hurón sedado lo situamos en decúbito supino, extendemos los dos miembros anteriores de forma paralela hacia caudal y localizamos la zona situada entre el manubrio del esternón y la primera costilla, insertamos la aguja (de 24 o 25G dependiendo del tamaño del paciente) con una angulación de 45o apuntando hacia la última costilla contralateral (imagen 52), con una ligera presión negativa en el émbolo. De esta forma podemos conseguir grandes volúmenes de sangre. Con vistas a no alterar las referencias anatómica y la localización del vaso, hemos de situar al paciente de forma longitudinal lo más recto posible. Para pequeños volúmenes podemos optar por la vena cefálica o la safena lateral, también en la vena ventral de la cola con un ángulo de 90o hasta tocar la parte ventral de las vértebras caudales, aunque la extracción en esta última localización no está tan extendida como las tres anteriores.
Para la instauración de catéteres optaremos por la cefálica o la safena lateral. En animales muy deshidratados o hipotensos optaremos por vías intraóseas en el húmero o fémur proximal hasta la estabilización del paciente o rehidratación hasta poder instaurar la vía intravenosa. Hay que destacar que los hurones son muy propensos a arrancarse las vías y morder los sistemas de suero. Hemos de fijar muy bien los catéteres muchas veces a costa de provocar un edema distal y en caso de que el hurón muerda los sistemas de infusión, proteger éstos con los “macarrones” vendidos en tiendas de informática y electrónica para la protección de los cables, o administrarle la rehidratación en forma de bolos.

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